La disquinesia escapular se define como una disfunción
escapular estática y/o dinámica, es decir, una alteración de su posición y/o su
movimiento.
La podemos visualizar como una elevación del borde medial y
el ángulo inferior de la escápula en reposo o durante el movimiento, o una
elevación y/o rotación tempranas de la escápula durante los movimientos de
flexión y abducción de hombro.
Aunque de por sí puede no resultar sintomática, suele estar
asociada al desarrollo de otras disfunciones como la inestabilidad
glenohumeral, patologías de manguito rotador, roturas de labrum y activación de
puntos gatillo de la musculatura periescapular.
Además, también puede verse como consecuencia de otras
patologías que produzcan una alteración del patrón de reclutamiento,
disminución de la fuerza muscular y reducción del espacio subacromial.
Normalmente suele resultar en una hiperactivación de las
fibras superiores del trapecio (TFS) y la musculatura pectoral, mientras que el
serrato anterior y las fibras inferiores del trapecio (TFI) se ven inhibidas.
También se ha visto que la disquinesia escapular está
asociada a una menor fuerza de los rotadores externos de hombro y que una
activación del TFI y el serrato anterior es capaz de aumentar el espacio
subacromial hasta casi 1 cm, lo que podría hacernos suponer que una activación
deficitaria resultaría en un espacio subacromial reducido.
El problema es que la mayoría de programas de rehabilitación
empleados son muy poco específicos (se centran en fortalecer toda la
musculatura en general) o emplean ejercicios que activan el TFI y el serrato
anterior en sujetos sanos, pero no en pacientes con disquinesia escapular.
Esto es un punto importante a considerar, ya que en el caso
de la disquinesia escapular, el patrón de reclutamiento muscular está alterado
y no podemos esperar que los ejercicios que funcionan en sujetos sanos
funcionen también en pacientes con disquinesia escapular.
Test para valorar la estabilidad escapular
Posición: Nos colocamos de frente a la pared con las manos
apoyadas sobre ella y con los brazos paralelos al suelo.
Acción: Realizaremos un empuje de la pared con nuestros
brazos completamente rectos, intentando llevar nuestras escápulas hacia el
frente.
Resultado: Si observamos que el borde medial y/o el ángulo
inferior de nuestra escápula se despegan de la parrilla costal, obtendríamos un
resultado positivo en el test.
Es decir, tendríamos una escápula alada, lo que nos
indicaría una falta de activación del serrato anterior.
Vale, tengo disquinesia escapular ¿Y ahora qué hago?
Nuestro objetivo será reeducar el patrón de activación de la
musculatura periescapular, y para ello nos basaremos en ejercicios que posean
evidencia científica en sujetos con disquinesia escapular, y no en sujetos
sanos.
Recordad que el patrón de reclutamiento está alterado y no
podemos esperar los mismos resultados.
Utilizaremos ejercicios que nos permitan una activación más
específica del TFI y el serrato anterior, para evitar que entre en juego la
musculatura hiperactiva.
Se ha comprobado que es posible la activación selectiva del
TFI y las fibras inferiores del serrato anterior (estudio), por lo que al
realizar los ejercicios será necesario que nos concentremos en ello.
Ejercicios para la disquinesia escapular
A continuación os dejo una recopilación de los ejercicios
que recomiendo para la disquinesia muscular (estudio).
Objetivo: Mejorar activación del serrato anterior.
Posición: Decúbito prono en posición de plancha (apoyado
sobre los codos o las manos en función de la dificultad).
Acción: Realizamos un empuje contra el suelo y hacia fuera,
de modo que se produzca una protracción de los hombros, con abducción de
escápulas e inhibición del pectoral mayor (por el empuje hacia fuera simulando
una abducción horizontal de hombro).
Nota: Podemos añadir una banda alrededor de los brazos para
oponernos una resistencia al empuje hacia fuera y recordarnos el gesto
(estudio).
Objetivo: Mejorar activación del serrato anterior.
Posición: Bipedestación con hombro en flexión de 90º y
abducción horizontal de30º (plano escapular).
Acción: Llevamos el puño hacia delante y hacia fuera,
arrastrando el resto del miembro superior, lo que producirá una protracción de
hombro, abducción escapular y rotación externa escapular.
Podemos añadir una resistencia que nos dificulte el empujar
hacia fuera para facilitar la inhibición del pectoral mayor al empujar contra
ella.
Nota: Podemos utilizar una polea o una banda elástica.
Progresión:
Bipedestación
Extensión de pierna en cadena cinética cerrada
Extensión de pierna en cadena cinética abierta
Objetivo: Mejorar activación TFI.
Posición: Bipedestación con hombro en flexión de más de 90º.
Acción: Traccionamos de la resistencia centrándonos en
descender la escápula y aproximarla a la columna.
Nota: Podemos utilizar una polea o una banda elástica.
Progresión:
Bipedestación
Posición de squat
Posición de squat monopodal (estudio)
Protocolo de trabajo
Fase 1 o de control motor: 10 x 10
Contracciones isométricas muy suaves.
Baja carga <25% contracción voluntaria máxima.
10s de contracción y 10s de reposo.
Fase 2 o de fortalecimiento: 3x 10 - 12
Contracciones isotónicas rápidas.
Alta carga >30% contracción voluntaria máxima.
Fase 3 o de readaptación del gesto deportivo
Primera fase: aprenderemos a reclutar las unidades motoras
lentas, mejorando la activación de los músculos a la hora de estabilizar el
movimiento escapular.
Además este trabajo generará cambios en la corteza motora
cerebral (estudio), reeducando el patrón motor y generando mejoras a largo
plazo.
Para este tipo de trabajo será necesario monitorizar la
activación del músculo mediante palpación.
Personalmente, yo suelo repartir todas las series de trabajo
a lo largo del entrenamiento, y no necesariamente completo siempre las 10
series, sino que corto el trabajo en cuanto comienzo a notar fatiga y pérdida
de activación.
Segunda fase: comenzaremos a trabajar las unidades motoras
rápidas de los músculos, mejorando su capacidad de generar fuerza, de modo que
si activamos correctamente la musculatura, podremos corregir los desequilibrios
musculares existentes.
El problema de esto es que si carecemos de una correcta
activación de la musculatura, sólo nos proporcionará resultados a corto plazo,
por eso mismo es recomendable comenzar con la fase previa, y centrarnos en el
control consciente de la musculatura.
Una vez alcanzada la tercera fase, cuando ya disponemos de
un control motor correcto de la musculatura periescapular y hayamos conseguido
un cierto nivel de fuerza en ella, será cuando podamos considerar el comenzar a
utilizar ejercicios que en sujetos sanos producen ratio aceptable de activación
del TFI, serrato anterior y las fibras medias del trapecio (TFM) con respecto
al TFS y pectorales.
De modo que a continuación os dejo una tabla con los mejores
ejercicios para trabajar el trapecio inferior, serrato anterior y las fibras
medias del trapecio (estudio, estudio):
Fotos y videos sacados de google
Gimnasio starfit adeje
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